Mira eso ~ Jackson~

Recuerdo del primer mensaje :

Hace poco había llegado de Inglaterra, y aún no había visitado mi lugar feliz y especial. El mirador del Valle. Subí en mi convertible rojo hasta este para sólo encontrarme con la maldita contaminación tapando lo mejor de la ciudad. Refunfuñé enojada por no poder ver mi lugar preferido, cuando escuché una risita.

Ni siquiera me di vuelta a mirar "¿Qué es tan gracioso?" dije al aire, esperando que la persona que había osado reirse de mi desgracia diera la cara.

Una vez recuperada, acerqué mi cara a la suya y le besé con más ganas, estaba lista para una segunda ronda y se lo hice saber mientras mordía su labio y jugaba con su cabello "¿Estas cansado o quieres seguir?" le dije con mi tipico acento britanico que le daba un toque mas de arrogancia.

Sonreí cuando acarició mi pierna y lo rodee con estas , mientras acariciaba uno de mis pechos provacando que gimiera suavemente. Juguetié con su cabello mientras él besaba y tocaba mi cuerpo haciendome sentir como si estuviera en el paraíso.

Entendí enseguida lo que quería. Tomé su miembro y lo estimulé mientras me acercaba para besarlo. Cuando estuvo más que listo me puse a horcajadas y pasé su miembro por todo mi sexo provocando que soltará un jadeo ante la sensación para luego llevarlo hasta mi entrada y lentamente sentarme encima de él.

Comencé a subir y a bajar lentamente cada ves soltando un pequeño ronroneo. El movía sus caderas acompañando mis movimientos haciendolo aún más placentero. Me acerqué y lo besé sin perder el ritmo que cada vez se hacía más rapido.

Sus manos en mis pechos hicieron que las sensaciones que estaba sintiendo comenzaran a duplicarse, comencé a moverme con mayor rapidez haciendo que ambos comenzaramos a jadear y a gemir cada vez más fuerte y pidiendo por más.

Me quería matar, definitivamente. Seguramente luego me quedarían marcas por las mordidas que me estaba dando, pero que me estaban enloqueciendo. Me sentía tan bien. El ritmo había crecido rapidamente y ya estaba sintiendo algo diferente con el roce y los movimientos pelvicos que acompañaban mis propios movimientos.

Gemí cuando su lengua toco mi cuello, comencé a gemir - auqnue parecían pequeños gemiditos - y pude sentir como mis paredes se comenzaban a apretar en torno a su miembro. Aceleré los movimientos y el unico sonido que se escuchaba eran nuestros gemidos y el sonido de nuestras pieles chocando mientras yo seguía disfrutando las poderosas sensaciones que estaba sientiendo, todo gracias a él.