Mira eso ~ Jackson~

Hace poco había llegado de Inglaterra, y aún no había visitado mi lugar feliz y especial. El mirador del Valle. Subí en mi convertible rojo hasta este para sólo encontrarme con la maldita contaminación tapando lo mejor de la ciudad. Refunfuñé enojada por no poder ver mi lugar preferido, cuando escuché una risita.

Ni siquiera me di vuelta a mirar "¿Qué es tan gracioso?" dije al aire, esperando que la persona que había osado reirse de mi desgracia diera la cara.

Sentí unas manos y una voz conocida tapandome la vista. Esas manos, eran muy parecidas a Jackson. Esa voz era sedosa y masculina, la había escuchado anteriormente. ¿Pero dónde? Debe ser de alguien que sea de la preparatoria.
"Dame una pista" dije queriendo adivinar quien era. Sabía que Franco no era, mi cuerpo reaccionaba de otra forma bajo su toque. James tampoco, sus manos eran más asperas. Entonces un nombre se me vino a la cabeza : Jackson.
Imposible, no lo veía hace muchisimo tiempo.

Por favor con esas pistas no adivinaría nada "¿Eres Dios?" dije intentando bromear mientras reía bobamente. Me dijo que me arriesgara "Veamos, ¿mi chico favorito?" pregunté y le escuché decir si cerca de mi oído. "Jackson" dije no muy segura. Alguna vez le había dicho eso, creo. Seguramente estaba completamente ebria y drogada.

Al fin me dejó ver y ¡BINGO! salí ganadora. Era Jackson, por un momento quise tirarme encima para abrazarlo pero su comentario arruinó todo. " Si pues, el lugar esta completamente contaminado. Creo que deberías irte" le dije hóstilmente. El me conocía, sabía que era una vivora con todas sus letras. Siempre hubo una inexplicable amistad entre nosotros inclusive cuando él era mayor y había salido de la preparatoria hace unos años , además de la atracción que hubo. Nadie lo puede explicar muy bien.

Lo miré sabiendo que me había ganado, pero no podía. Mi orgullo no me dejaba " Compraré el lugar y asi te podre echar" dije inmaduramente ganandome una carcajada por su parte, le miré mal pero sabia que no podía enojarme con él. Me tiré encima de él abrazandole y dandole un sonoro beso en su mejilla " Te extrañe bobo" le dije contra su pecho.

"¿Aparte de salir con Franco, engañarlo con James y tener sexo como desquisiada bajo la influencia de drogas y alcohol?" dije fingiendo pensar " Nada. Creo que eso es lo único que he hecho durante este tiempo" comenté con una sonrisa "¿y tú? Me has tenido abandonada" le dije con un pequeño puchero.

"Franco mi novio. James un chico de La Hermandad" dije rapidamente. Lo miré con una ceja alzada. ¿Diversión sana? por favor. "No me engañas con tu apariencia de chico bueno y que no ha roto ni un plato en su vida. Creo que los dos sabemos como eres" dije sugestivamente.

Sonreí. Tomé su mano y lo tiré hasta la baranda que tenía el mirador.
"Pensé que te habias marchado a Europa o algun lugar asi" comenté sin mirarlo. Sinceramente lo habia extrañado, pero no podia decirlo. Mi orgullo era más grande que mis ganas de decirle que lo había extrañado.

Sonreí cuando le escuché decir eso, me mordí el labio y lo miré un poco nerviosa. "No, no lo dijiste" le contesté evadiendo su mirada. Si lo miraba no estaba segura de que haría pero si sabia que le estaría dando cuernos a Franco.

Bufé pateticamente ante su pregunta "Para nada" le contesté aún sin mirarlo. No sé que quería lograr actuando así conmigo. "Jamás me pondrás nerviosa" le dije orgullosamente riendo como si me estuviera burlando de él. Pero en realidad estaba cada vez mas nerviosa, no sabia cuanto más soportaría no tirarmele encima. Siempre tuvimos ese problema, habia tension entre nuestros cuerpos. Y desde siempre hubo una atracción.

Ese tono arrogante y desafiante me volvía loca, y más cuando se ponía asi de atrevido. Me levantó y me dejó sobre la baranda acomodandose entre mis piernas, por instinto enredé mis piernas alrededor de su cintura y coloqué mis brazos en sus hombros. "Excibicionista" le dije riendo.

Me afirmó por la espalda afirmándome para no caer y morir tragicamente en un momento como este. Y si, me encantaba que fuera así.
Rozó sus labios con los míos, y no pude evitar un suspiro mientras subía mis manos desde sus hombros hasta su cabello. Por su parte sólo fue un roce entre nuestros labios pero yo quería más. Volví a juntar nuestros labios aún sin profundizar el beso, me separé sólo un poco "Tienes razón, me encanta" dije antes de volver a besarlo.

Sonreí al escucharlo. Seguí besándolo, sin saber muy bien hasta donde llegaríamos. Se suponía que no podía hacer nada debido a mi relación con Franco, pero jamás había seguido las reglas en cualquier tipo de situación. Mis manos jugueteaban con su cabello mientras que con mis piernas enrolladas en su cintura lo atraían aún más hacia mi. Sólo quedaba esperar que él diera el siguiente paso.